Muchas veces -nosotras las maestras- pensamos y pensamos: qué hacer con los chicos? Invertimos horas y horas planeando lo que pensamos será una experiencia interesante, divertida, diferente... algo que nos levante el espíritu tanto a niños como adultos.
Y luego de mucho planear y preparar, lo que sucedió este día fue todo gracias a la luz.
Y luego de mucho planear y preparar, lo que sucedió este día fue todo gracias a la luz.
Debido a que no tuve la suerte de compartir este momento-espacio con los chicos pequeños de Treehouse, solo pude sorprenderme de lo bella que es esta fotografía: de la combinación de colores, de la forma ligera en que estos dedos se deslizan al contacto de la pintura, del contraste de la luz, de la ausencia de formas pre-hechas, de la poca intrusión de los adultos, de la mirada de este niño... inmerso en lo que está creando.
Esto, al final y al cabo es para mí lo que debemos recordar siempre: muchas veces el ingrediente secreto está en algo que no necesariamente podemos controlar, o en algo que está allí de forma natural, espontánea y no planeada.
Esto, al final y al cabo es para mí lo que debemos recordar siempre: muchas veces el ingrediente secreto está en algo que no necesariamente podemos controlar, o en algo que está allí de forma natural, espontánea y no planeada.
Ser maestra no es planear, buscar la forma mágica, hacer algo "único".... es tener el privilegio de presenciar instantes donde el alma vibra al ritmo de los sentidos.