Todos los papás, con camisetas de colores se dispusieron a jugar con sus hijos y en equipos para celebrar el Día del Padre.
Tuvieron juegos como: "torre de zapatos", carrera de relevos, "caballito", "gota a gota" y cerraron con un partido de fútbol (con árbitro y todo) para culminar la carga de testosterona.
Desde las graderías, las mamás dieron su grito de apoyo en todo momento, tomaron fotografías y siguieron el ritmo del juego con mucho entusiasmo. Hasta corneta de estadio sonó por ahí para dar vida a tan emocionante fecha.
Los chicos tenían bombones y gritaban porras para sus papás que estaban en pleno juego (el cual se tomaron muy a pecho) y aunque los porteros sufrieron varios reveses todos salieron ilesos al final y nos fuimos a casa debajo de un gran aguacero.